Familiares de Yenni Salazar claman al Estado colombiano su intervención para lograr su liberación

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Yenni Salazar Zabaleta, expersonera del municipio de Tamalameque, Cesar,  fue secuestrada, el pasado 21 de febrero, mientras se desplazaba por la vía La Vega – Zapatosa, en la ruta que conecta a Chimichagua con Pailitas, y desde entonces su familia vive una angustia constante.

Según han denunciado la abogada , quien actualmente se dedicaba a actividades agrícolas, está en manos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo armado que exige $15.000 millones por su liberación, una suma completamente inalcanzable para su núcleo familiar y la comunidad de Tamalameque.

“Esa cifra es imposible de reunir, ni uniéndose todo el pueblo se podría conseguir. Es una situación que nos sobrepasa como familia. Necesitamos del apoyo del Estado colombiano. No se trata solo de Yenni, se trata de frenar este tipo de delitos que siguen ocurriendo en nuestro país”, manifestó Juan Carlos Salazar, hermano de la secuestrada y gerente del Hospital de Tamalameque.

La familia ha contado con el acompañamiento de una comisión de Derechos Humanos y de la Iglesia Católica, a través de la cual lograron obtener una prueba de supervivencia. Solo su madre pudo verla, y en ella observó a Yenni visiblemente afectada, delgada y con signos de agotamiento. En ese mensaje, la joven imploró a su familia y al Estado que no la olviden y que hagan todo lo posible por rescatarla.

En medio del dolor y la incertidumbre, la comunidad de Tamalameque ha expresado su solidaridad con la familia Salazar, realizando velatones y eucaristías para pedir por su pronta liberación. El clamor colectivo ahora se dirige al Gobierno Nacional y a los representantes en la mesa de negociaciones con el ELN.

“Pedimos que nuestra voz llegue al presidente de la República. Que se tomen medidas urgentes para frenar estos hechos de violencia. No podemos seguir viviendo con el miedo de que cualquier persona sea secuestrada por no tener cómo defenderse”, reiteró Juan Carlos Salazar.

“Yenni tiene una familia que la espera, un hermano que no dejará de buscarla y un pueblo que clama justicia. No la olvidaremos”, concluyó su hermano.

 


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