Por: Maye Rodríguez
El rector de la Universidad del Atlántico, Danilo Hernández, encendió las alarmas al denunciar la presunta intención de actores externos de tomarse de manera violenta la rectoría de la institución. En una declaración pública, el académico expresó su preocupación por la creciente inseguridad en el entorno universitario y alertó sobre la posible presencia de explosivos dentro del campus, una afirmación que ya fue puesta en conocimiento de las autoridades. “Estos actores externos están intentando generar un escenario propicio para una toma, lo que no podemos permitir”, afirmó el rector, visiblemente consternado.
Según Hernández, tras una reciente protesta estudiantil, individuos ajenos a la comunidad universitaria habrían confrontado a los manifestantes, generando un clima de tensión que, asegura, podría ser parte de un plan orquestado para desestabilizar la institución. “Necesitamos que el presidente de la República, el ministro de Defensa, el gobernador y el alcalde de Puerto Colombia se pongan en sintonía para darnos la seguridad que necesitamos en las afueras de nuestra universidad”, urgió.
El rector denunció que ha recibido información sobre posibles grupos provenientes de Cali y Urabá, quienes estarían detrás de un plan para forzar la entrada a la rectoría y desestabilizar el gobierno universitario.
La administración universitaria vincula estos hechos a la reciente decisión del Consejo Superior de la Universidad, que aprobó en primer debate la posibilidad de reelección en la rectoría. Para el rector, esta coyuntura podría estar motivando reacciones de quienes ven amenazados sus intereses:
“No podemos aceptar que todo lo que hemos ganado en gobernabilidad se nos destruya de un momento a otro”, expresó. A la grave situación se suma el deterioro de la seguridad en los alrededores de la universidad, especialmente por las demoras en las obras de la Gran Vía, lo que ha generado congestión vehicular y ha facilitado la acción de delincuentes.
Estudiantes han denunciado robos frecuentes y casos de hostigamiento hacia mujeres, atribuidos a personas externas que rondan la zona universitaria. La comunidad académica insiste en que el sector se ha convertido en un espacio riesgoso, afectando la tranquilidad y el bienestar de quienes hacen parte de la institución. Desde la rectoría se informó que ya se han realizado cuatro mesas de seguridad con autoridades locales, sin obtener hasta el momento acciones concretas.