La reforma a la salud impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro logró un importante avance en su trámite legislativo al ser aprobada en segundo debate en la Cámara de Representantes. Ahora, el futuro del sistema de salud en Colombia queda en manos de la Comisión Séptima del Senado, la misma instancia que el año pasado hundió una versión anterior del proyecto con una votación mayoritaria.
Tras varias semanas de discusión, en las que la oposición intentó frenar el debate con recusaciones y estrategias para romper el cuórum, la plenaria de la Cámara finalmente dio luz verde a la iniciativa. La medida fue facilitada por el mensaje de urgencia e insistencia radicado por el ministro del Interior, Armando Benedetti, lo que permitió concentrar la agenda exclusivamente en la reforma a la salud y acelerar su aprobación.
El texto aprobado por la Cámara establece un modelo de salud basado en los Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS) y la prestación de servicios mediante Redes Integrales e Integradas de Servicios de Salud (RIISS). También plantea una transformación hacia un sistema preventivo, predictivo y resolutivo, dejando atrás el modelo tradicional de las EPS. Uno de los puntos más controversiales es el fortalecimiento de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), que asumiría el rol de pagador único del sistema. Sin embargo, sectores de la oposición, como la representante Jennifer Pedraza, advierten que la entidad no tiene la capacidad suficiente para asumir esta función, ya que pasaría de gestionar siete a 27 tareas sin una estructura reforzada.
A pesar de que el Gobierno había planteado la eliminación de las EPS, el nuevo articulado permite su continuidad bajo la figura de «gestoras de salud». Sin embargo, esta reestructuración ha sido fuertemente criticada por congresistas como Catherine Juvinao, quien señala que, aunque se les cambia el nombre y se les reducen funciones, seguirán recibiendo más recursos con el nuevo esquema. “El Gobierno perfuma las EPS, les cambia el nombre, les quita funciones y les paga más. Las gestoras auditarán sus propias clínicas y la Adres les girará directo a 30 días, sin controles. Negocio redondo y cuadrado por debajo de la mesa”, afirmó Juvinao.
El desafío en el Senado
El siguiente paso para la reforma es su debate en la Comisión Séptima del Senado, donde se prevé un escenario complicado para el Gobierno. En abril de 2023, esta misma instancia legislativa rechazó una versión anterior del proyecto con una mayoría contundente, argumentando que sus disposiciones eran perjudiciales para el país.
Ante este panorama, el ministro del Interior ya ha comenzado acercamientos con las diferentes bancadas en un esfuerzo por asegurar el respaldo necesario para la aprobación del articulado. Se espera que el debate en el Senado sea intenso, ya que diversos sectores políticos han expresado sus reservas sobre los efectos que la reforma podría tener en el sistema de salud colombiano.
Con la Cámara de Representantes dando su aprobación, el Gobierno de Gustavo Petro logra un avance crucial en su intento por transformar el modelo de salud del país. Sin embargo, la batalla legislativa aún no está ganada y el futuro del proyecto dependerá de la receptividad y las negociaciones que se den en el Senado en las próximas semanas.