Los ‘Viveros Escolares’, iniciativa para la reforestación ambiental y el manejo de residuos sólidos, son parte primordial de los Proyectos Ambientales Escolares (PRAES) de la Institución Etnoeducativa Técnica Agropecuaria de Desarrollo Rural de María La Baja, Bolívar, que proporciona a los estudiantes la posibilidad de hacer que la educación ambiental se convierta en un eje transversal.
María La Baja, 09 de septiembre de 2020. Con el propósito de mejorar los entornos de los espejos de agua, fomentar la agricultura y conservar la cultura nativa y ancestral, la comunidad educativa de la Institución Etnoeducativa Técnica Agropecuaria de Desarrollo Rural, de María La Baja, le apuesta a la implementación de un ‘Vivero Escolar’ con diferentes especies de árboles frutales, maderables, ornamentales, plantas medicinales e hidropónicas, como parte de la vocación misional del emblemático establecimiento educativo, fomentando el contacto directo de los participantes del proceso educativo con su entorno, entendiendo un cambio de actitud que le oriente hacia una nueva ética en la formación de sus estudiantes.
De acuerdo con el docente Jean Carlos Muñoz Cáceres de Educación Agropecuaria y Ambiental de la Institución Etnoeducativa Técnica Agropecuaria de Desarrollo Rural de María La Baja, las plantas son consideradas como parte integral del ambiente y en forma más específica como las productoras en los ecosistemas, por lo tanto, es imperativo para el hombre, el estudio y conocimiento de estos organismos con fines de preservación y utilización dentro del concepto de desarrollo sostenible.
María la Baja es un municipio rodeado por diferentes espejos de agua, representados en ciénagas y arroyos, donde se evidencia un daño ambiental y dónde la deforestación descontrolada, el poco sentido de pertenencia y la falta de concientización, motivó la implementación de un vivero escolar para suplir con las indolencias del hombre para contribuir con el mejoramiento ambiental del municipio.
«Este proyecto tiene como beneficiarios a los estudiantes, a la comunidad en general y busca específicamente mejorar las competencias en materia de la agricultura y despertar en aquellas su vocación por los cultivos en espacios convencionales y no convencionales, de tal manera, que las familias puedan aumentar su calidad de vida» dijo, Teilor Puello Castro, rector de la Institución Etnoeducativa Técnica Agropecuaria de Desarrollo Rural de María La Baja.
Para nadie es un secreto, que muchas familias del municipio derivan su sustento de la tala indiscriminada de árboles, «desde la escuela realizamos socializaciones y dejamos claro en las comunidades, que la idea es reponer o recompensar cada árbol talado para garantizar la cadena productiva y ser amigables con el medio ambiente local», detalló, Teilor Puello Castro, rector.
Otro de los grandes propósitos y entendiendo que Las plantas medicinales son el pilar de la medicina tradicional y ancestral de María La Baja, «decidimos estudiar las propiedades de plantas nativas como la cola de caballo y anamú, de gran impacto para la salud de la gente», puntualizó el rector.
Por su parte Miladis Vanegas Batista, coordinadora y líder académica de la Institución Etnoeducativa Técnica Agropecuaria de Desarrollo Rural de María La Baja, precisó, que esta iniciativa permite abordar temas referentes a los desafíos de la educación ambiental frente a la conservación de la biodiversidad para su reconocimiento y repotenciación de experiencias significativas, permitiendo generar una nueva orientación hacia un contexto socioeconómico y ambiental.
La docente, explica que la conservación de los recursos naturales nativos y ancestrales, hacen parte de una de las cinco líneas transversales del currículum Etnoeducativo Técnico y Agropecuario, en los procesos teóricos práctico y de investigación pedagógica.
«sembramos árboles como el Higuerón, Ceiba y Campero con el fin de estabilizar la microcuenca de los arroyos de Corrá y Mampuján. De igual manera, y para continuar con la conservación de los recursos naturales nativos y ancestrales, creamos la Escuela de Campos para Agricultores (E.C.A), donde se producen maíz, yuca, plátano y ñame de espina», subrayó la educadora.