Patricia Hurtado y su llamado a cuidar el planeta

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La caleña de nacimiento pero samaria por convicción nos habla sobre cómo fue el proceso para cambiar sus hábitos alimenticios y convertirse en vegana.

Sol, cielo azul y Playa Lipe, en Santa Marta. Patricia Hurtado Dávila solo comenzó a disfrutar de la mañana. Casi sin sentirla, la cámara disparaba para registrar el momento que hoy presentamos.

Una vez terminada la producción fotográfica ella comenzó a contar parte de su historia. Por ejemplo, que encontró su verdadera vocación hace aproximadamente cuatro años, cuando dejó de ser estudiante de Publicidad en Bogotá y decidió dejarse llevar por su impulso de ser vegana y adentrarse en el mundo healthy. El proceso, dice, fue “difícil y complejo”, pero siguió adelante con su plan.

A esta caleña de nacimiento y samaria de crianza siempre le apasionaron los viajes, la música y el mar. Expresa que le gusta cocinar y que la pandemia fue una oportunidad para acercarse a su familia: “Desde que me gradúe solo venía de vacaciones, así que ahora podemos pasar mucho tiempo juntos y con salud, que es lo más importante”.

La joven de 21 años tuvo la oportunidad de ser la anfitriona de las Fiestas del Mar el año pasado en Santa Marta. La experiencia la califica como enriquecedora. Ahora, en el desarrollo de la pandemia recalca que ha podido disfrutar de la ciudad con más calma.

Recientemente se graduó como coach de salud en una universidad online y está en proceso de certificarse como profesora de yoga. Entre sus planes a futuro se encuentra viajar a Nueva York y realizar un curso de cocina a base de plantas.

“Por la pandemia no alcancé a aplicar a alguna universidad para estudiar nutrición, entonces decidí hacer el curso en Nueva York el próximo año. Me encanta la cocina y las plantas, y siento que podría traer ideas nuevas a nuestro país”.

Una de las razones que motivó a Patricia a modificar sus hábitos fue el drástico cambio de peso que sufrió durante su estadía en Francia hace algunos años. Allí viajó para aprender otro idioma y poder conocer más sobre la cultura del país.

En el tiempo que estuvo en el país galo se dio cuenta de que su metabolismo era muy diferente y se empezó a cuestionar sobre el origen de otras enfermedades en su familia, como la diabetes y el cáncer.

“Me di cuenta que podría estar relacionado a nuestro estilo de vida, cómo nos alimentábamos y cuidábamos. Terminé metiéndome de cabeza en el tema de la alimentación y lo único que quería era ver documentales, leer, investigar y escuchar podcast que me informaran. Empecé a cuidarme, a respetarme y a ser consiente de mi cuerpo”.

Patricia confiesa que gracias a este conjunto de cosas pudo darse cuenta de una “realidad” de la que no era consciente.

“Me di cuenta de cómo mataban a los animales, sobre la industrialización de los mismos y de qué forma la humanidad estaba destruyendo el medio ambiente”.

Luego de un tiempo, a esos cuestionamientos empezó a sumarse una práctica más disciplinada del yoga y “su lado espiritual”.

“Me decía que si quería estar en paz con la naturaleza y conmigo misma, ¿cómo podría alimentarme de violencia? Hice los cambios y no fue de un día para otro, fue algo progresivo. He tenido mis altibajos, pero me ha encantado todo el proceso y soy feliz”.

Aunque la mayoría de sus familiares y amigos consumen carne, Patricia siempre trata de animarlos a alimentarse mejor, mostrándoles que el veganismo ofrece múltiples opciones y nunca es un impedimento para probar ricos platillos.

Ayudar: un acto de generaciones

Hurtado siempre procura participar en iniciativas que tengan como objetivo la conservación de la naturaleza. Hizo parte de la campaña Act for Amazonia, que busca recursos para poder proteger y salvar las especies que se vieron afectadas por los incendios registrados el año pasado en la amazonía brasilera. También colaboró en un proyecto que busca salvar a las tortugas en el Chocó, modelando y compartiendo el trabajo de la tienda que lidera esta causa medioambiental. Dice que gran parte de los ingresos recogidos son destinados a esa causa.

“Siempre tuve ese lado social gracias a mi mamá. Fue Directora de la Cruz Roja seccional Magdalena durante muchos años, y me ha enseñado mucho a ayudar. Donamos cada vez que podemos”.

Además de su progenitora, la joven también expresa que su bisabuela ha sido un referente para seguir trabajando por otros. De hecho, la mujer, originaria de Estados Unidos y graduada de Stanford University, creó varias fundaciones en Santa Marta, entre esas, centros para personas con labio leporino, en situación de pobreza y con cáncer. “Aunque ya murió, todo de ella siempre me inspiró”, manifiesta Patricia.

A través de sus redes sociales procura dar consejos para tener una alimentación más orgánica, comparte información sobre distintas campañas y muestra algunas recetas para hacer en casa con ingredientes fáciles de conseguir. Sin embargo, en algunas ocasiones se abstiene de opinar sobre algunas noticias, ya que muchos llegan a atacarla por no compartir cierta información o hablar de política.

“Es muy difícil complacer a la gente en redes. A veces dan mucho palo y son crueles. Hablar del medio ambiente en ocasiones es controversial y trato de evitar a toda costa meterme en temas políticos”.

Finalmente, expone que seguirá motivando a las personas a escuchar su cuerpo, consentirlo y alimentarlo bien no solo por medio de la comida, sino también de manera espiritual. “Tenemos que tomar la decisión de salvar lo que es de nosotros, solo tenemos un planeta y es nuestra responsabilidad amarlo y cuidarlo. Hay que investigar y ser conscientes, ver la problemática cómo es y no seguir vendados con una realidad falsa que nos vende la industria”.

Por ahora la modelo que protagoniza la portada de esta edición de Revista Miércoles prepara su viaje a Nueva York. Su meta a mediano plazo es regresar a la capital del Magdalena y compartir con quien lo desee nuevas formas de alimentación, siempre más saludable. Tomado: Revista Miércoles/ El Heraldo. Fotos: Mayra Barraza.

 

 


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