Montería: Desenterrando muertos Fiscalía contribuye a la paz

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Redacción: Rafael Chica Guzmán

La sigla GRUBE es poco conocida en Colombia. Hasta donde tengo conocimiento no la mandan a consultar en los colegios como OEA, ONU o IDEAM, pero estoy seguro que es tan importante o quizás más importante que algunas de ellas.

La verdad es que yo tampoco sabía que significa GRUBE, hasta el día que estuve frente a cinco pequeños ataúdes que guardaban restos mortales de cuatro jóvenes y una mujer que murieron en medio de la violencia de guerrilleros, paramilitares y agentes del Estado.

Grupo Interno de Búsqueda, Identificación y Entrega de Cadáveres, eso es lo que significa GRUBE y forma parte de la Dirección de Justicia Transicional de la Fiscalía General de la Nación. En Montería funciona un GRUBE, quizás el más activo de toda la dirección.

El pasado 28 de septiembre el GRUBE reunió en Montería a cinco familias provenientes de Lorica, El Roble, Turbo, San Carlos y Montería. Cada una de ella recibió un pequeño con los restos mortales de un familiar desaparecido hace muchos años y recientemente encontrado, en muchos de los casos, tras la confesión de los actores del conflicto, que a raíz del Proceso de Paz están confesando sus crímenes.

La entrega de restos mortales, encontrados en fosas comunes, se ha vuelto tan constante y son tantos casos, que ya los medios de comunicación no cubren tan transcendental noticia, muy importante para la reconciliación entre los colombianos. Ese día solo estaba en el lugar Chica Noticias.

Sin quitar la transcendencia del acto, la entrega de los restos mortales a sus familiares, resalto el autor del acto. Hombres y mujeres del GRUBE, liderados por el Fiscal del caso, no estoy autorizado a revelar su nombre, estuvieron durante dos días atendiendo la situación.

Durante dos días el personal de la Fiscalía transportó a los familiares de las víctimas a Montería, los hospedaron en un hotel, los llevaron a sesiones con Trabajo Social, Sicología, dactiloscopia y hasta buscaron la ayuda de sacerdotes y pastores para el acompañamiento.

En medio de tanto dolor que se sentía en el lugar sentí cierta alegría al saber que por lo menos el voto que deposite en la urna diciendo Si a la búsqueda de una Paz Justa y Verdadera había servido para que por lo menos las cinco familias presentes pudieran enterrar el sufrimiento guardado durante muchos años de incertidumbre al no saber el paradero de su ser querido.

5 desaparecidos que aparecieron

El 27 de julio de 2007, cuando acababa de cumplir 15 años, Daimer Javier Estrada Meza, fue sacado de la finca La Coquera ubicada en el municipio de El Roble en el departamento de Sucre por un grupo armado, más nunca se volvió a saber de él hasta el 27 de marzo del 2017 cuando la Fiscalía exhumo su cadáver en el Cementerio Padre Nuestro del municipio de Sincé. Luego de cotejos de ADN se identificó plenamente y ahora se entrega a su familia.

Carlos Augusto Guerra Grandeth tenía 24 años el 6 de enero de 2004 cuando un compañero lo invitó para viajar al departamento del Meta a buscar trabajo. Sus familiares en Lorica supieron inicialmente que estaba en el Castillo Meta pero desde finales del 2004 dejaron de saber de él y el amigo que se lo llevó mandó a decirles que el ejército se lo había llevado por guerrillero. Su cuerpo fue encontrado en el año 2016 en una fosa común del Cementerio La Resurrección de Granada Meta. La necropsia indica que murió asesinado con un tiro de fusil disparado a poca distancia de su espalda.

Guillermo José Castaño Varilla, tenía 27 años en noviembre del 2003 cuando su familia lo reportó como desaparecido en San Carlos Antioquia. En abril del 2015 sus restos mortales fueron encontrados en un fosa común en zona rural del mismo municipio antioqueño.

En Julio del 2002 desapareció en Río Sucio Caldas, el cordobés José Miguel Padilla Sáenz y su familia solo volvió a saber de él en julio del 2017 cuando encontraron sus restos mortales en el cementerio de Versalles.

Oliva Rosiris Jiménez Ruiz, una comerciante monteriana que recorría Córdoba y Urabá vendiendo su mercancía fue sacada a la fuerza de una Heladería de Nueva Antioquia, municipio de Turbo Antioquia el 25 de enero de 1995 y desaparecida. Luego de años de búsqueda la familia fue informada que su restos mortales reposaban en una fosa común de Turbo y hasta allí fueron a buscarlos en el año 2012 pero solo hasta ahora, cuando la fiscalía realiza el trabajo de plena identificación es que se los entregan a sus familiares

 


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